En la presente obra Shakespeare fue Cervantes se defiende que el corpus «shakesperiano» y el Quijote fueron escritos por el mismo autor, Juan Luis Vives, ya que ni Shakespeare ni Cervantes pudieron escribir esas obras, llenas de erudición clásica y de la más elevada sabiduría, pues del primero se escribió en relación con sus conocimientos «poco latín y menos griego» y del segundo «ingenio lego», que venía a ser lo mismo. Así como a los españoles les ha sorprendido que se pueda defender científicamente su no-autoría, a los ingleses no les va a sorprender tanto la autoría de Vives, porque es un autor muy admirado en Inglaterra. Lo mismo que he hecho en mi libro El verdadero autor de los Quijotes de Cervantes y de Avellaneda, la argumentación está basada en la comparación de los textos «shakesperianos», «quijotescos» y «vivesianos», sin salirse en absoluto de ellos. Para llegar a las conclusiones defendidas los argumentos tienen que ser numerosos y, de hecho, lo son, como comprobará el benévolo lector. Francisco Calero, catedrático acreditado emérito de Filología Latina, ha dedicado buena parte de su actividad investigadora al gran humanista español Juan Luis Vives, de quien ha traducido varias obras, como De concordia et discordia in humano genere y De subventione pauperum. Fruto de ese profundo conocimiento ha sido la comparación de sus ideas con las de las obras más importantes de la literatura española, como el Lazarillo de Tormes y Don Quijote de la Mancha, a cuya autoría ha dedicado sendos libros.