En la encarnizada lucha de poder por el testamento de su padre, Angelica Lassiter había salido finalmente victoriosa y de nuevo estaba al mando de la empresa familiar. Pero el enfrentamiento había destrozado la relación con su novio. Sin embargo, iban a tener que fingir que seguían siendo una pareja enamorada para que sus mejores amigos tuvieran la boda de sus sueños.
Evan McCain aceptó encantado su papel en la fingida reconciliación, pues la pasión ardía aún entre ellos.