Las Superfieras se enfrentan a un nuevo caso: un ladrón imposible de rastrear, dos robos casi simultáneos en la misma ciudad y una leyenda sobre el fin del mundo relacionada con los ojos de una cobra dorada gigantesca.
Por lo visto, esta vez las Superfiereas no lo van a tener nada fácil.
Joaquín Londáiz ha conseguido por méritos propios un espacio en el panorama de la literatura juvenil. El aprendizaje de su alumno Elliot por las distintas escuelas elementales ha sido sobresaliente. Lo conocimos en Hiddenwood, estudiando el elemento Tierra; después vino Bubbleville, donde se las tuvo que ver con extrañas desapariciones; le seguió el calor de Blazaditch, donde asistió a la elección del máximo representante del elemento Fuego y, ahora, está en Windbourgh, la capital del elemento Aire. ¿Qué le espera esta vez?