-Prepárese espiritualmente para que el poder de Dios fluya en la reunión.
-Estructurar el programa de una manera ágil y efectiva.
-Animar a los asistentes a participar y compartir sus experiencias.
-Sugerir temas y preguntas interesantes.
-Escuchar con atención y detectar los problemas en la vida de los demás.
-Confortar y edificar a todos los componentes.
-Abrir el grupo a la participación de personas no cristianas.
¿Considera que los componentes de su grupo celular están satisfechos de formar parte del mismo y experimentan al término de cada reunión el deseo de regresar? ¿Se atreve a decir que las reuniones de su grupo se desarrollan en un ambiente distendido y que los asistentes se encuentran en ellas felices y satisfechos? ¿Siente que todos participan lo suficiente, dentro de sus posibilidades, tanto en la adoración como en el estudio y posterior debate?
Liderar un grupo celular de éxito y mantener en sus reuniones un clima dinámico no es únicamente cuestión de voluntad: es cuestión de técnica. Muchos líderes de células no se dan cuenta de que, con frecuencia, su fracaso a la hora de crear una atmósfera excepcional, llena de poder de Dios y válida para transformar vidas, es debido a que ignoran el modo de hacerlo.
Poniendo en práctica las ideas y sugerencias que el autor nos brinda, probadas y demostradas por su propia experiencia, cualquier líder de un grupo celular encontrará fácil lograr en las reuniones un ambiente agradable y conseguir que los asistentes no tan sólo salgan con ganas de volver, sino incluso de traer a otras personas.
Joel Comiskey (Ph.D del Seminario Fuller) es el fundador y presidente de Joel Comiskey Group (JCG), una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a las iglesias a cumplir la gran comisión. El ha servido coma misionero con la Alianza Cristiana y Misionera en Quito, Ecuador, y ahora está asesorando a pastores y líderes en el ministerio celular. Joel ha escrito varios libros sobre el movimiento del grupo celular y también ensena coma profesor adjunto en varios seminarios teológicos. Joel y su esposa, Celyce, tienen tres hijas y viven en Moreno Valley, California.