Algunas frases del libro:
“Trabajo con actitudes correctas de amor y de servicio al prójimo. Con integridad de corazón, de acuerdo al mandato de Dios: Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor (Colosenses 3:22b-23). Todo lo que hago, lo hago lo mejor que puedo para mayor bien y satisfacción de las personas para quienes trabajo. Para gloria de Dios, para honor propio y de mi familia, y aun para testimonio de mi iglesia.”
“Cuidar mi salud, trabajar con amor, prever para la vejez, servir al prójimo, me ayuda a tener emociones sanas. Pero eso no es todo. No doy lugar que los malos sentimientos aniden en mi corazón… Dios me da el poder para desarrollar los sentimientos puros, como dice San Pablo en su carta a los Gálatas, capítulo 5:22-23: En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Para retener estas buenas actitudes, mantengo mi relación con Dios, meditando en Su Palabra cada día, poniéndome en contacto con Él en oración, adorándole junto con el pueblo de Dios en el templo y obedeciendo sus preceptos.”
“Me propongo desarrollar un carácter amable con todos incluso con los que no lo son conmigo, respetuoso de los derechos de los demás, servicial con los que necesitan ayuda, solidario con los que sufren, comprensivo de los que no son agradables, sociable con todos, perdonador a los que me ofenden, generoso con los que no tienen.”
“La tarde es el tiempo de aminorar el ritmo de la vida para disfrutar la fresca brisa de la conciencia del deber cumplido, solazarse en los arreboles que nos dicen que el sol se está transportando a otros mundos donde sigue despertando la vida. Cuando el sol se ha ocultado es cuando brillan las estrellas. Esta es la visión del cristiano al entrar en la vejez.”