Esta es una novela que prescinde de convenionalismos literarios para adentrarse de forma directa y espontánea en el cerrado mundo de las altas finanzas españolas. Para ello, el autor, basándose en su propia experiencia de ese mundo ha seleccionado datos elementales pero significativos para crear un tipo de narración ágil, escueta, sin ningún tipo de sofisticación estilística. Este tratamiento confiere a la obra el carácter de informe, sin perder, no ostante, su condición de auténtica novela, porque en Olaizola, como ha dicho la crítica de sus obras anteriores "hay un narrador enormemente atractivo, creador de personajes con trazos inconfundibles y a veces insuperables".
El personaje central de la novela es Basilio Moulin, empleado de un banco controlado por una poderosa familia financiera. Uno de los directores, extraño a la familia, modelo de ejecutivo eficiente, inicia una confabulación para desplazar del poder decisorio a la familia; Basilio, involuntariamente, se convierte en pieza clave en la lucha por el poder.
Esta peculiar mezcla de ternura y humor que caracteriza la narrativa de José Luis Olaizola, hace que por encima de la anécdota argumental prevalezca la gran preocupación del autor por transmitir al lector los sentimientos humanos. Para ello se vale de un humorismo ingenuo, con el que pone en tela de juicio los tabúes y postulados de la sociedad que critica.