Los mil días de la Unidad Popular fueron un experimento de interés mundial. Por primera vez se intentaba, en la historia de los pueblos, establecer un gobierno socialista por una vía democrática. En aquel intento, dentro de Chile, hubo un personaje epopéyico, el Presidente Salvador Allende Gossens y hubo un pueblo que creyó en él y que quiso seguirlo durante su mandato, y algunos, aún después de su sacrificio, con plena conciencia de lo que significaba. También hubo otros que batallaron con toda la fuerza de sus convicciones en el bando contrario. No en vano los retratos que se hacen aquí del fenecido mandatario chileno, contemplan el modo real en que su persona fue percibida por los compatriotas de su época, en uno y otro lado de la contienda. Esta es la historia de la palpitación ciudadana en aquel período, desde fines de 1971 a enero de 1974 y una visión imparcial y fidedigna de un joven que, como uno más de su generación, se vio envuelto en esta singular revolución “a la chilena”. Cierto es que acaba siendo una novela, aunque la mayor parte de sus protagonistas —cuyas identidades se han protegido— fueron de carne y hueso y amaron, sufrieron y se inmolaron, lo mismo que el Presidente muerto, por aquellos ideales en los cuales creyeron. Su historia, en medio de aquel ciclón social, hoy es motivo de estudio, pero por sobre todo, de reflexión y es lo que pudiera hacer, probablemente, que libros como este sirvan de referencia para generaciones futuras, deseosas de saber “cómo se vivió” y “como se sintió” aquel período con matices universales de la memoria de Chile.