Parte figura histórica, parte leyenda, Cayo Julio César fue uno de los grandes personajes de la Antigüedad y un individuo complejo: político brillante y maquiavélico, general genial, afortunado e implacable, un consumado conductor de hombres de agitada vida sentimental... Una imagen deformada tanto por la propaganda que el propio César vertió a la posteridad en sus Comentarios como por las sucesivas capas de ornato que, desde la Antigüedad hasta el presente, los historiadores han ido añadiendo a la vida del Divino Julio. Cribar entre realidad y leyenda es lo que plantea Patricia Southern, autora de libros como El Ejército romano del Bajo Imperio o Augusto, para mostrar que la vida de César fue extraordinaria, sí, pero que distó mucho de ser una trayectoria ineluctable, con un destino inevitable, sino que fueron el implacable carácter del personaje y sus decisiones –además de más de un guiño de la diosa Fortuna– las que condujeron a aquel. Si antes de su consulado en 59 a. C. César era un senador más, en los siguientes quince años una extraordinaria sucesión de maniobras políticas y campañas militares le llevaron a acumular un poder inmenso, más del que ningún romano hubiese reunido nunca, apuntando al gobierno unipersonal que su hijo adoptivo Octavio finalmente instaurase. Desde la juventud de un patricio vanidoso y petulante a su asesinato, acaso el más célebre magnicidio de la historia, Patricia Southern consigue sumergirnos en las agitadas últimas décadas de la República romana, acompañando a César en sus ocho años de interrumpidas campañas en la Galia, en la guerra civil contra Pompeyo y los optimates que le llevó a recorrer el Mediterráneo y combatir desde Egipto hasta Hispania, y también a intimar con Cleopatra, la última faraona. Seguir la vida de Julio César es asomarse a un tiempo y una vida convulsos, entreverados de leyenda, pero que este libro despeja para arrojar luz sobre el hombre que hubo detrás del mito.