Miguel Cané fue abogado, periodista, senador, embajador, pero sus mejores páginas son aquellas que en Juvenilia recuerdan, con nostalgia, sus años de estudiante en el Colegio Nacional, los condiscípulos, los maestros y las aventuras de la juventud. A este volumen también se han agregado otros textos breves que confirman a Cané como sensible y agudo testigo de su tiempo.