Convencida de que estamos ante una nueva fase de la socialidad online, la autora explica cómo tecnologías y usuarios coevolucionan, pero también cómo los medios conectivos avanzan cada vez más sobre las relaciones humanas, codificándolas como datos y convirtiéndolas en mercancías que producen valor. En este punto, pone la lupa sobre algunos desarrollos preocupantes: así, observa que la conectividad está organizada alrededor de opciones como "me gusta" o el "botón-T" de Twitter, inventos que presentan de manera sencilla algoritmos complejos que codifican una inmensa cantidad de datos sobre gustos, preferencias y afectos, una enorme masa de información con un valor comercial inusitado para usos políticos o publicitarios. Por eso los medios sociales privilegian, ante todo, la popularidad, medida por la concentración de conexiones.
Este libro entiende los medios conectivos como parte de un ecosistema tecnocultural de carácter cambiante, atravesado por tensiones internas, como la contradicción entre sus propias promesas de transparencia y participación, por un lado, y sus modelos de negocios o su resistencia a los controles legales, por el otro.