La señorita Lister se sentía una dama respetable. Era una lástima que fuera una antigua sirvienta convertida en heredera de una gran fortuna. Ahora, el atractivo e insoportable lord Miles Vickery estaba seguro de que podía apropiarse de esa fortuna chantajeándola para que se casase con él, aunque con su encanto engañoso ya le había roto el corazón una vez. Sin embargo, estaba segura de que él no podría cumplir las condiciones de su herencia. Después de todo, ¿qué libertino podría ser completamente honesto durante tres largos meses?