El señor de San Giorgio sólo procuraba a su hermana Bianca alimentos escasos y peor vestimenta. Así que cuando el guapo y conocido mercenario Piero de Manfredini pidió su mano en matrimonio, Bianca reaccionó con asombro y cólera al hecho de que su hermano la amenazara con enviarla a un convento si rechazaba la propuesta.Inteligente y ambicioso, Piero estaba practicando el astuto juego de engatusar a su nueva esposa con el único fin de solucionar un desacuerdo con su familia. Pero según avanzaba el juego, la voluntariosa Bianca lo iba confundiendo, haciendo que su corazón se abriera a lo impensable. ¿Sería posible que el resultado del juego no cumpliera con sus expectativas y en cambio le mostrara los aspectos más íntimos del amor duradero?