Le bastaba chasquear los dedos para que las mujeres lo obedecieran Acalorada y exhausta por el bochorno milan├йs, Caroline Rossi entr├│ en las elegantes oficinas de Giancarlo de Vito y comenz├│ a sentirse gorda, fea y pr├бcticamente invisible. La despiadada ambici├│n de Giancarlo lo hab├нa llevado hasta donde estaba, pero no hab├нa olvidado las penalidades sufridas ni la sed de venganza que solo Caroline pod├нa ayudarlo a apagar. Acostumbrado a que las mujeres se desvivieran por complacerlo, Giancarlo se sinti├│ perplejo al ver que ella se negaba a seguirle el juego. Para lograr vengarse tendr├нa que recurrir a su irresistible encantoтАж