John Charles McDevitt (Filadelfia, 1935) se ha convertido en uno de los cultivadores de la ficción especulativa clásica más maduros y completos. Le encanta jugar al ajedrez, la historia antigua -especialmente, el período de la Grecia clásica, algo que el lector podrá degustar en su novela Un talento para la guerra-, la arqueología, el teatro, el cine -aunque cada vez se muestra más crítico por entender que se despilfarra demasiado esfuerzo en los efectos especiales y se está desdeñando lo más importante: el argumento- y devorar libros de misterio.