Cassandra siempre había querido ser la esposa de un alto ejecutivo, así que, cuando el jefe de su novio les invitó a una fiesta en su propia casa, ella estuvo más que dispuesta a acudir con la idea de impresionar a todos los presentes y conseguir el ansiado ascenso de su prometido. Sin embargo, nada más llegar se dio cuenta de que aquello era un montaje. No era en su novio en quien Lang Dalton estaba interesado, sino en ella, y no le estaba ofreciendo un puesto de trabajo, sino un matrimonio... Cassandra no estaba dispuesta a permitir que aquel hombre se saliera con la suya, pero pronto descubrió que tenía un poder de seducción muy fuerte.