Lunes de agosto. Siete de la mañana: bronca monumental con mi chico; ocho y cuarto: me despiden; nueve y media: sorprendo al muy desgraciado con otra. ¿Qué haríais vosotras, eh? A lo mejor sois más valientes y hubierais cogido el toro por los cuernos... pero como allí los únicos cuernos me los habían puesto a mí lo que cogí fue mi maleta de Prada. ¿Que por qué me largué a Londres? Porque tengo la doble nacionalidad y un piso compartido.
Pero no esperaba encontrarme a dos compañeras convencidas de que el amor es para locas, débiles o cobardes... ni a un vecino médico que conseguía que mis braguitas se revolucionaran solo con verlo... ni hacerme amiga de Maria, un ejemplo de superación..., ni a su primo, que resultó ser mi actor favorito y que estaba más bueno que comer con los dedos.
Ni descubrir que dejar los problemas en España no significaba superarlos. O que la autoestima no se reinventaba. O que no tenía ni idea de cómo funcionaban los rollos de una noche. ¿Queréis que nos tomemos una copa y os lo cuento con más calma? Id llamando al camarero y pedid una botella de vino: invito yo. Ah, por cierto: me llamo Victoria Adams. No es broma.
Los lectores han dicho...
«Esta historia nos hace reflexionar mucho y saber la importancia que tiene el que primero podamos estar bien con nosotros mismos y reconocerte a ti misma para después tener una historia de amor. Está muy bien reflejado todo este camino que tienes que tener hasta llegar a esa felicidad». @quimerasliterarias (vía Tiktok)
Ruth M. Lerga nació en Sagunto.... no hace tanto tiempo. Lectora voraz, pasión inculcada por su madre, comenzó a inventar historias siendo una niña, pero no se animó a escribirlas hasta que una larga convalecencia la obligó a permanecer quieta durante más de dos años.
Comoresultado de aquel período surgió la serie de Una noche en Almack's, cuya primera novela, Cuando el corazón perdona, fue galardonada con el Premio Vergara.
Disfruta escribiendo Regencia, como demuestra en su última saga, Los Knightley, pero también contemporánea, ya sea ambientada en España, con la serie Enredos con la ley, o en otros países cuando se esconde tras el seudónimo de Brandy Manhattan.
Cuando no está escribiendo o leyendo intenta jugar al ajedrez, hacer fotografía o montar a caballo...... hasta que una hora después regresa a por más letras, necesitada de nuevas historias. Solo la separa del teclado su otra gran pasión: sus sobrinas.