Lisístrata se estrenó en el 411 a. C., en un momento crítico para Atenas, cada vez más asfixiada por la guerra contra Esparta. Con el rumor de batalla de fondo, la heroína protagonista de esta comedia propone a todas las mujeres que secunden una huelga de sexo hasta que los hombres dejen de guerrear. La radical propuesta y su divertido desarrollo la convierten en la obra más conocida de Aristófanes, y también en la más universal por las lecciones antibelicistas y de solidaridad entre las mujeres que se pueden extraer de ella.