La reivindicación de la propiedad de la riqueza petrolera, a través de la modificación de su naturaleza legal, fue parte de un enfrentamiento de intensidad diversa con las empresas extranjeras y los gobiernos que las respaldaban desde, por lo menos, 1905. Desde luego que el Congreso Constituyente de 1916, al autorizar el párrafo IV del nuevo artículo 27 constitucional, agudizaron el enfrentamiento.
Y a partir de ese momento, lo que estuvo en juego ya no fue sólo la riqueza petrolera sino la calidad misma de un país como nación. Lorenzo Meyer no se guarda detalle: con puntualidad, relata, consigna, hechos, circunstancias y desenlaces hasta ponernos frente a ese episodio enorme en el que, por supuesto hubo de todo: traidores, masiosares, pusilánimes, corruptos pero, también, y bastantes, honestos y nacionalistas.
Es doctor en relaciones internacionales y profesor e investigador de El Colegio de México. Ha impartido cursos especiales en la Universidad Nacional Autónoma de México y en otras universidades nacionales y extranjeras. Colabora con regularidad en publicaciones del país y de otras latitudes. Es autor, entre otros libros, de Su Majestad Británica contra la Revolución mexicana, El cactus y el olivo: las relaciones de México y España en el siglo XX, Liberalismo autoritario, El espejismo democrático. También coordinó y colaboró (con Ilán Bizberg) en la elaboración de los cuatro volúmenes de Una historia contemporánea de México.