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Los hombres eran los oficiales y servidores de la curia regia (curiales), atendían a los reyes con su cerebro y sus manos: criados, secretarios, administradores, mensajeros, recaudadores, tesoreros, cocineros, porteros…. Y compartían el espacio simbólico de la corte con las milicias nobiliarias (milites), o vasallos del rey. Con los reyes por encima, unos y otros formaban la Corte real, agrupados en espacios antagónicos, aunque estuvieran unidos por lazos de familia y de trabajo.
Aunque parte de un enfoque institucional, el autor ha fijado luego su atención en un momento histórico concreto, la transición de 1276 a 1286, con dos reinados en juego: el de Alfonso X y el de Sancho IV, su hijo, quien se sublevó contra su padre y provocó una guerra civil que solo terminó con la muerte natural de don Alfonso dos años después. El cataclismo que supuso la transición de 1276 a 1286 dejó al descubierto estructuras invisibles en épocas más estables. No obstante, tampoco ellas eran fijas: a lo largo de los siglos, los hombres, o curiales, también fueron evolucionando.
La magna obra de Francisco J. Hernández intenta captar un momento significativo de un río siempre en movimiento, y lo hace partiendo de un acopio de documentación, édita e inédita, que se ordena, coteja y edita, tanto a lo largo del trabajo como en los apéndices, que sirven de contrapunto a un análisis histórico inevitablemente revisionista, en el sentido científico del término. La obra se acompaña de 20 mapas realizados ad hoc y se ilustra con 43 imágenes.
Autoren-Profil
Francisco J. Hernández (Palencia, 17 de julio, 1942) es profesor emérito de Carleton University (Ottawa, Canadá), con el título de «Distinguished Research Professor», y miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia desde 1996.
