Federico Souza vuelve a Chivilcoy por unos días. Su padre lo llamó para contarle que se murió Pajarito Lernú y que, unas horas antes de morir, le regaló a él, Federico, una vaca. Hernán Ronsino regresa así al mundo de La descomposición y de Glaxo, a ese pueblo sumido en la pampa húmeda, en el que las cosas se dicen a medias, se saben a medias. El motivo del viaje, la muerte de Pajarito, se tiende como un hilo tenue del que se desprenden historias. Siguiendo la huella de sus recuerdos, los personajes versionan la historia del pueblo, buscando cada uno su lugar en ella, y la del propio pueblo en una historia mayor. Una novela que se arma a la sombra de un árbol, escrita de memoria, de uno de los más talentosos escritores argentinos contemporáneos.