Mientras tanto, Terry McCaleb disfruta de una jubilación idílica en la isla Santa Catalina cuando una visita de un antiguo compañero le devuelve a su vida anterior. Se trata de un asesinato, un tipo de asesinato inexplicable en el que se especializó cuando trabajaba en el FBI. La investigación está atascada, por lo que le piden a McCaleb echar un vistazo a los papeles del caso por si da con algo que los demás hayan pasado por alto.
Un primer contacto con la escena del crimen lleva a McCaleb a buscar un asesino metódico al que le gustan los rituales y la venganza. A medida que esa ojeada rápida se convierte en una investigación a fondo, su caso y el de Bosch comienzan a entrelazarse de manera extraña. Con una revelación perturbadora tras otra, se convierten en un único caso imposible y espeluznante que implica unos cálculos inconcebibles. McCaleb cree haber desenmascarado al asesino más aterrador que jamás se hayan encontrado. Pero sus pesquisas se enredan con las de Bosch, y acaban enfrentados durante la investigación más peligrosa de su vida.