A pesar de que Daniel y Amelia disfrutaron de los noventa días más intensos y sensuales que ninguno de los dos pudiera recordar, ella lo abandonó porque no se sentía capaz de darle lo que él tanto ansiaba. Sin embargo, la separación sólo ha servido para que ambos comprendan que se necesitan mucho más de lo que creen, por lo que deciden darse una nueva oportunidad. Pero un terrible accidente deja a Daniel en estado de coma e impide el reencuentro.
Cuando se despierta, el joven quiere averiguar quién ha intentado acabar con su vida, y pretende hacerlo sin la ayuda de nadie. Por su parte, Amelia está dispuesta a recuperarlo, y si para convencerlo de que le pertenece tiene que dominarlo, atraparlo en su propio deseo y excitarlo hasta hacerle perder la razón, lo hará cueste lo que cueste. Sólo cuando consigan derribar todas las barreras que Daniel ha levantado para separarlos, aprenderán lo que significa amarse.