Tal vez Kayla fuera una experta en su trabajo, pero sabía muy poco de Jackson. Él conseguía que deseara el final feliz con el que había soñado una vez, y eso le resultaba aterrador. Mientras los copos de nieve seguían formando remolinos en el aire, ¿se dejaría hechizar Kayla por la Navidad, aunque no creyera en su magia?