La novela ahonda en el sentimiento de culpa, en la psicología humana más primitiva y supersticiosa, también en el deseo de eternidad. Los cinco protagonistas masculinos (William Wilson, Eduardo, Horacio, Benjamín y un hombrecillo de nariz espigada) repetirán, en el pequeño pueblo costero de Pontelóstrego, una partida de póquer fatal a lo largo de todo el libro. No importa el desenlace, sólo seguir jugando, como jugaron durante sus vidas, casi sin pensar.
Es una eternidad viciada que la novela refleja a través de una estructura circular que envolverá también al lector, porque todos hemos sentido alguna vez el deseo de vivir a cualquier precio, de no salir del mundo acotado que conocemos y permanecer en el infierno antes que buscar una salida…, de convertirnos en el reflejo de aquellas almas en pena que no llegan a estar ni vivas ni muertas, y que caminan entre dos mundos que se miran a través de espejos quebrados.
Martin Cid es autor de las novelas Muerte en Absalón, los Siete Pecados de Eminescu y Ariza, además del ensayo Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción y una colección de relatos cortos. Su última obra es Cañitas y Tapeo, 10 Historias "Casi" Románticas.
Próximamente, verá la luz Desde el Vientre de la Sirena.
Fumador de pipa.