La vida previsible de Glenn Holloway terminó el día que le confesó a su familia que era homosexual. Como si eso no fuera suficiente, le echó sal a la herida al alejarse del rancho en el que había crecido para abrir el restaurante con el que siempre había soñado. Sin el apoyo de su padre y su hermano, y demasiado orgulloso para aceptar la ayuda de cualquier otra persona, tuvo que empezar de cero. Con el tiempo, todo salió bien: Glenn estableció con éxito un negocio sólido, creó un nuevo hogar y se forjó una vida de la que podía estar orgulloso.
A pesar de su éxito, el distanciamiento de los Holloway sigue siendo una herida que no logra sanar del todo, y una llamada pidiendo ayuda se convierte en la peor pesadilla de Glenn. Atado a una promesa, Glenn vuelve a sus orígenes para lidiar con Rand Holloway y encontrándose cara a cara con Mac Gentry, un hombre demasiado atractivo para el propio bien de Glenn. Todo esto podría conducir al desastre, por la débil reconexión con su familia y por el deseo que no sabía que albergaba en su corazón.