Comprometida en contra de su voluntad a casarse con el enemigo de Monte, la inocente Pellea no había olvidado los momentos pasados en brazos de Monte del que, además, ¡estaba embarazada!
Monte siempre había pensado que el amor no tenía cabida en su mundo, pero el valor y la pasión de Pellea le resultaban irresistibles. Estaba abocado a aquella mujer.