Seis meses después de conocerse en los Sabores de Chicago, Lil Lampert y Grier Dilorio están viviendo juntos. Su vínculo físico es más sólido que nunca, pero pronto se dan cuenta de que se necesita más que tres palabras mágicas y sexo excelente para formar una pareja.
Como cualquier aprendiz, Grier está asimilando cómo navegar por su nueva vida. Sus problemas deberían haber terminado cuando Jillian firmó los papeles, reconociéndolo como padre biológico de Luca, y tuvo la oportunidad de comenzar con su carrera de diseñador, pero en lugar de eso, está obstaculizado por viejos temores y malos hábitos que son difíciles de romper.
Adaptarse a un diminuto apartamento, en una ciudad con un invierno muy riguroso al lado de un hombre más joven y terco, es todo un reto para Lil. Su posición como “papi” de Luca se convierte en un acto de equilibrio entre lo que él considera correcto y lo que indican los ocho años de experiencia paternal de Grier.
Su vida ya es lo suficientemente compleja, pero ahora Lil y Grier se van a tener que enfrentar a una nueva situación, que involucra una gran institución. Repentinamente la seguridad de Luca y su felicidad como familia dependen del profundo conocimiento de Lil de la naturaleza humana y de la voluntad de Grier para aprender.