Ragnar siempre ha sido un ser solitario, le gusta vivir su vida sin complicaciones, sobre todo debido a que, hace más de mil años, su odiosa hermanastra lo maldijo arrebatándole toda capacidad de sentir y condenándolo a un incesante odio.
En medio de su solitaria inmortalidad, nada ni nadie ha logrado penetrar el muro de la indiferencia que lo rodea, hasta que Erin aparece en su vida. Desde el momento en que sus miradas se cruzan, una inexplicable conexión se despierta entre ellos, como si sus almas se reconocieran y buscaran la una en la otra.
Por su parte, Erin intuye que hay algo profundamente diferente en Ragnar y no puede ignorar el torbellino de emociones que Ragnar despierta en ella. Cada vez que sus ojos se encuentran, siente una mezcla de temor, deseo y una atracción magnética que la desconcierta. Pero el amor, ese sentimiento que debería ser reparador y dulce, parece un lujo que no se atreve a permitirse. Erin lucha con la idea de abrir su corazón a alguien que, a primera vista, parece no tener uno.
¿Podrá el amor ser más fuerte que las maldiciones?
Moruena Estríngana nos invita, una vez más, a sumergirnos en un universo donde lo romántico y lo fantástico se entrelazan, ofreciendo a sus lectores una historia apasionante ambientada en un mundo donde lo mágico es tan real como el latido desbocado de dos corazones predestinados a encontrarse.