Gaudi
Estar colgado de una mujer es peligroso, pero si encima está
casada con tu socio y mejor amigo, la cosa se complica. Y todavía
se complica más porque ella, lejos de evitarme, me corresponde y, para rizar el rizo, con el beneplácito del marido.
Extraño, ¿no?
Lo es, por supuesto, y además, por raro que os parezca, mi socio y yo seguimos teniendo una excelente relación personal y profesional. A él hace mucho tiempo que dejó de importarle lo que le ocurriera a su mujer; sin embargo, yo creo que ha llegado el momento de acabar con esta anomalía antes de que todo salte por los aires.
El problema es que, aunque tengo muy claro lo que he
de hacer, no es sencillo romper los lazos. Aun así lo voy a intentar, y para ello cuento con la mejor amiga que un tipo como yo puede tener.
Juanjo
Casarme con una mujer a quien solo toleraba porque era de buena familia y sabiendo que mi mejor amigo estaba colado por ella fue, sin duda, una mala decisión.
Como era de esperar, me busqué alguna que otra distracción sin importarme mucho que mi mujer lo supiera. De hecho, a los tres meses de casarnos ya la engañé, y aunque al principio disimulaba, ahora ni me molesto en hacerlo.
Mientras ella ha estado distraída gastando mi dinero y acostándose con mi socio no ha habido problema, pero ahora que él ha decidido poner fin a esa relación, el que tendrá que soportar a mi mujer soy yo...