Por eso el animador, el mediador, el docente, no encontrarán en esta obra un 'recetario' irresponsable de la enorme tarea confiada al educador, aunque tampoco un mero planteo teórico ignorante de los imprescindibles recursos para la mediación de las propuestas.
Nuestra expectativa es que estas dinámicas puedan activar mecanismos de argumentación, acción y defensa, que ayuden a configurar un capital ético, una estructuración de la vida desde los valores, tendiente a construir los aprendizajes requeridos para la vida social.