Nuestro vecino:
"—Desde que el profesor Darc llegó a la casa de al lado, no has dejado de meterte con él. Si lo dejaras en paz.
—No soporto a los distraídos, a los hombres que se ruborizan cuando les habla una mujer. No soporto que viva con tres perros, seis pájaros, una criada rara y tanto libro.
—¿Qué te importa a ti?
—Mucho. Me revienta.
—Telly, Telly, si te oye papá se va a enfadar.
—¿Sabes lo que he decidido?
—No tengo ni idea.
—Despabilarlo. Le voy a enamorar.
Bárbara dejó de pulir las uñas. Se tiró de la cama, miró a su hermana, que en aquel instante se tendía en el lecho paralelo al que ella había dejado, y se inclinó hacia ella.
—¿Estás loca?"