Desde tiempos inmemoriales, el hombre buscó un modo natural y simple de explicar la existencia, y creó un sistema adoptado universalmente: el decimal, originado en el número de dedos de ambas manos. El anhelo de entender el sentido de infinitud impulsó al hombre a contar y calcular más allá de su propio entorno y crear las matemáticas y la astronomía. El número se ha convertido en la posibilidad de comprender el espacio, de captar el tiempo, y de calcular la altura, el volumen, el peso… y nuestro destino.