La heredera escocesa
Margaret Moore
La rica heredera lady Moira MacMurdaugh acababa de suspirar con alivio por haber evitado un matrimonio desastroso con sir Robert McStuart, un mujeriego y jugador empedernido, cuando este la demandó.
El abogado Gordon McHeath, dividido entre el deber hacia su cliente y aquella impulsiva belleza que tanto lo alteraba, no tuvo otra alternativa que emprender acciones legales contra la mujer que lo había besado de una manera que nunca podría olvidar. Hasta que ciertos acontecimientos siniestros amenazaron con arrasar el mundo de lady Moira, y Gordon tuvo que dejar a un lado su compromiso con la ley... e infringirla.
La mala reputación
Nicola Cornick
La peligrosamente seductora, y pecaminosamente bella, Susanna Burney era la persona más buscada en los círculos de la alta sociedad londinense como rompe relaciones. Pagada por padres adinerados que querían separar a sus hijos de mujeres a las que no consideraban convenientes, jamás había fallado en su misión de distraer al futuro prometido. Hasta que su última misión la obligó a encontrarse cara a cara con el hombre que en el pasado le había impartido una íntima clase sobre corazones rotos.
James Devlin tenía todo lo que siempre había querido: un título, una prometida rica y un lugar en la alta sociedad. Pero la mujer con la que acababa de cruzar la mirada en un abarrotado salón amenazaba con destruir todo lo que hasta entonces había conseguido. Y no porque Susanna hubiera reclamado su corazón en otro tiempo, o porque sus sinuosos movimientos le hubieran dejado sin respiración. Sino porque los secretos que guardaba podían costarle todo lo alcanzado. Para dejar el pasado definitivamente atrás, Dev tendría que enfrentarse a Susanna con sus mismas armas…
Tiempos de claroscuro
Deanna Raybourn
Los espíritus cuentan secretos…
Lady Julia y Nicholas Brisbane habían vuelto de su viaje por el extranjero y habían establecido su residencia en Londres. Sin embargo, unir sus dos colecciones de mascotas, sirvientes y artilugios dejaba muy poco tiempo a los recién casados, por no decir al trabajo como investigador privado de Brisbane.
Entre sus clientes estaba el propio hermano de Julia. Lord Bellmont le pidió a Brisbane que guardara silencio absoluto sobre su caso. No obstante, Julia no estaba dispuesta a que la mantuvieran en la ignorancia de nada que tuviera que ver con su amada y excéntrica familia, y pronto se implicó en la investigación.
El rastro la llevó hacia El Club de los Espíritus, un exclusivo club de espiritismo donde Madame Séraphine celebraba sesiones todas las noches… sesiones a las que acudían caballeros poderosos. A partir de aquel lugar extraño e inquietante fueron revelándose una serie de actos que podían acabar con la reputación de algunos.
Los Brisbane pronto se dieron cuenta de que debían permanecer unidos si no querían fracasar. Por el bien de Bellmont, y por otras cosas más que estaban en juego, tuvieron que enfrentarse a peligros que habían nacido de secretos oscuros.