Ricardo Castellari siempre ha visto a Angie como su callada secretariaâĻ hasta que ella se pone un vestido rojo de seda que le marca todas las curvas. ÂĄA partir de ese momento, Ricardo no puede apartar los ojos de ella!Angie no puede negarse a una noche de exquisito placer con Ricardo. Pero, cuando regresa a la oficina, se siente avergonzada. Intenta dejar el trabajo. Sin embargo, Ricardo tiene otra idea en menteâĻ Antes de dejar su empleo, Angie deberÃĄ dedicarle unos dÃas mÃĄs como su amanteâĻ