La abogada Taylor Madison estaba cansada del estrés de Boston, necesitaba relajarse y disfrutar de los placeres de la vida. Y estaba claro que el sexy ranchero Clint Southwick era uno de esos placeres. Cuando se conocieron en aquella boda, ambos pensaron que no sería mala idea tener una aventura, pero una confusión con sus teléfonos móviles, hizo creer a Taylor que Clint no era tan sincero como ella creía.