Escritora singular y personalidad intelectual de primer orden, Rosvita de
Gandersheim se cuenta con todo merecimiento entre las figuras más sobresalientes de
la Edad Media y, consecuentemente, ha merecido la atención de los estudiosos desde
el siglo XV, en el que la redescubrió Conrad Celtis, hasta el actual. Es manifiesta
la importancia que tiene dentro de su tiempo: en pleno renacimiento otoniano del
siglo X solo sería lícito compararla con autores de primer rango como Liutprando o
Raterio de Verona. Pero la originalidad de su obra, especialmente la de su producción
dramática, y su temperamento artístico la convierten en uno de los personajes más
atractivos de la literatura europea aun para nuestros días: Rosvita posee, entre otros
títulos, el de primer dramaturgo cristiano con nombre propio, el de primer poeta
sajón y el de primera historiadora alemana; además, es la única escritora de poesía
épica latina cuya obra ha pervivido hasta la actualidad