Adrián es un niño corriente, con una vida normal, que un día amanece asegurando ser un hombre al que asesinaron hace casi doce años. El inspector que llevó el caso en su momento tiene que enfrentar su escepticismo con las ganas que tiene de resolver un caso que va camino de ser el único en quedar pendiente en su larga vida laboral como policía.
La familia del niño y la del hombre asesinado también tienen sus dudas acerca de la historia que Adrián les cuenta.