La novela El amor brujo de Roberto Arlt (1932) es la última que escribió antes de dedicarse al teatro. Su protagonista, el ingeniero Balder, es un hombre contradictorio, fragmentado por una angustia existencial, que siente el llamado del camino tenebroso, la invitación a alejarse de una realidad que se le revela ficticia.
El amor brujo cuenta la historia del ingeniero Estanislao Balder. Este a los veintiséis años —casado y con un hijo de seis años— se enamora de Irene Loayza, una estudiante de dieciséis. Después de una interrupción de dos años, tiempo en el que Balder es demasiado perezoso para buscar
a Irene, se reanuda la relación por iniciativa de ella y Balder aparece com o novio oficial en casa de la viuda Loayza. A pesar de que la familia de Irene pertenece a la clase media, la futura suegra —en contra de lo que cabía esperar— no se opone a las relaciones de su hija con un hombre casado, sino que insiste en que éste pida el divorcio cuanto antes.
Poco antes de la fecha en que debería iniciarse un viaje de los tres a España, Balder rompe su relación con Irene. Argumenta que ella ya no es virgen y vuelve a vivir con su mujer, posiblemente con la idea de mantener a Irene como amante.
En esta tragicómica y burlesca historia, Arlt critica —de un modo sagaz— un estereotipo de hombre. Aquel que, por medio de la caza y la conquista, solo intenta recuperar la inocencia, la juventud y un impulso de vida que alguna vez tuvo y perdió.