Los versos con los que iniciamos la introducción de este libro son un ejemplo notorio de cómo los clásicos pueden servir de inspiración para abordar y reflexionar sobre temas actuales. Se trata de las palabras de uno de los tantos Ulises (re)creados en la literatura posterior a Homero, cuyos objetivos estéticos difieren de los originalmente planteados en la Ilíada y la Odisea. Es un Ulises moderno que en una noche solitaria en Ogigia, morada de la ninfa Calipso, reflexiona sobre su vida y las circunstancias en las que se encuentra. En medio de esta profunda reflexión, un tema recurrente es su actuación y la de los aqueos en la guerra de Troya, así como sus consecuencias.