La peste y una larga epidemia asolan Tebas. Tras la consulta al oráculo de Delfos, Edipo entenderá que el remedio a ese mal exige vengar la muerte del anterior monarca, Layo.
Con un manejo magistral de la ironía trágica, el gran dramaturgo griego nos ofrece el paulatino desvelamiento de los detalles del ascenso del protagonista al trono, así como el descubrimiento final de su condición de parricida y esposo de la viuda de su padre, su propia madre.