Protegía a mi país y a mi escuadrón.
Ahora solo quería protegerla a ella.
Qué pena que no fuese una opción.
No podía enamorarme de la preciosa jovencita.
La hermanita de la hembra de mi hermano.
Era demasiado joven. Demasiado humana.
Seguía en la universidad. Tenía una fuerza natural que brillaba con luz propia.
Tenía toda la vida por delante.
Y los Boinas Verdes me suplicaban que volviera a alistarme.
Mi lobo interno la deseaba.
Si la dejaba ir sin reclamarla, podría no sobrevivir a la locura lunar.