María escribe párrafos llenos de un cariño admirable hacia su abuelo Gaspar (Gaspar Pérez Moreno) y hacia su padre Carmelo (Carmelo Pérez Carnacea) auténticos protagonistas de las páginas que siguen, convirtiéndose este libro en un auténtico homenaje a su familia.
Bien puede entenderse este libro de María, además, como un sumario de las saetas que “al estilo ayamontino” siempre cantó Gaspar y lo sigue haciendo Carmelo, con una toná característica, que nada tienen que ver con aquellas otras que en casi toda España se fueron adaptando a los distintos palos flamencos para ser interpretadas por seguiriyas, martinetes o por soleá. La saeta autóctona de Ayamonte es una sencilla composición de cinco versos, ciertamente monótona, corta en el decir porque está limpia de ayes y por lo tanto muy fácil de seguir, conmoviendo por su entonación directa, capaz de expresar los sentimientos más profundos, esto es, una oración que sale de las entrañas del cantaor y que como tal el pueblo sabe agradecer porque reconoce en ella poesía y oración, copla y plegaria, desgarro y requiebro, sentimiento y fragmento del evangelio.
Son las saetas que cantaba Gaspar y que afortunadamente hoy canta Carmelo una variante de los más primitivos cantos que por su belleza alcanzan los límites de lo sublime y que podrían ser considerados por su singularidad como un bien custodiado a través de varias centurias por la Semana Santa de Ayamonte y por lo tanto un canto digno de ser considerado como Patrimonio Cultural Inmaterial de Andalucía.
Enrique R. Arroyo Berrones