Hace años que los entendidos venían pronosticando el exitoso crossover de Shakira. La cantante firmó su primer contrato discográfico a los trece años, grabó su segundo álbum a los quince y actuó en una telenovela popular en su Colombia natal. Tenía solamente diecinueve años cuando su tercer álbum, Pies descalzos, la convirtió en la artista de mayor venta en Latinoamérica. Si bien su siguiente álbum, Dónde están los ladrones?, ganó ocho discos de platino en Estados Unidos, no fue hasta su actuación electrizante en la primera entrega de los Premios Grammy Latinos que llamó la atención de todo el país.
Aunque el éxito le llegó a una edad tan temprana, a los veinticuatro años Shakira tiene los pies firmes sobre la tierra y rechaza los estereotipos que rodean a las estrellas de rock. Ella es una católica devota, vive con sus padres y cuando no está grabando o de gira prefiere pasar el tiempo con su familia. Esta rockera es una de las pocas estrellas que combinan talento, carisma y sensibilidad, y que además saben muy bien lo que quieren.
Para la cantante más fascinante de América Latina desde Ricky Martin, las posibilidades son ilimitadas. Para los millones de personas que ya compran sus discos, Shakira representa la voz de la nueva generación.