O no.
Gorka no se lo pensÃŗ dos veces a la hora de aceptar ese puesto de corresponsal en Washington D.C. que le ofreciÃŗ el periÃŗdico para el que trabaja. Y la decisiÃŗn fue a todas luces la acertada porque en su nuevo destino comienza a irle francamente bien, tanto profesional como personalmente. AtrÃĄs queda su ciudad adoptiva, Barcelona, y con ella, los infortunios de una situaciÃŗn sentimental insostenible de la que escapÃŗ huyendo, aunque nadie de su entorno sospeche siquiera de los verdaderos motivos que provocaron su precipitada marcha.
EstÃĄ tan ocupado con su nueva vida que hasta la madrugada del lunes no descubre que Jon, su mejor amigo de la infancia, - y que vive en Barcelona, al igual que lo hacÃa Êl - le estuvo llamando insistentemente a principios de la semana anterior. Lo intentÃŗ durante un par de dÃas seguidos y despuÊs no volviÃŗ a hacerlo, ni dejÃŗ ningÃēn mensaje que justificara esa aparente urgencia que tenÃa por hablar con Êl. Al tiempo que hace este intrigante descubrimiento recibe la llamada de Marcos, otro buen amigo de la niÃąez, el cual le comunica que Jon acaba de sufrir un ictus y que se encuentra hospitalizado en estado grave.
Gorka decide regresar inmediatamente a Barcelona para acompaÃąar a Jon en tan dramÃĄticas circunstancias y para apoyar a Irene, su mujer, la cual arrastra ademÃĄs el insoportable peso de las sospechas que planean sobre su matrimonio. Allà tendrÃĄ la oportunidad de reunirse con todos sus mejores amigos de su ciudad natal, Vitoria-Gasteiz, y la nostalgia se abrirÃĄ paso de nuevo en su vida y se mezclarÃĄ con el presente, viÊndose obligado a hacer frente, esta vez sÃ, al principal asunto que dejÃŗ pendiente de resolver el dÃa que decidiÃŗ marcharse sin consultarlo con nadie.
 A InÊs Apraiz Castellanos (Vitoria-Gasteiz, 1971) siempre le ha fascinado contar historias que tengan que ver con el modo de vida de las personas y con la manera en la que Êstas se relacionan entre ellas, al tiempo que lo hacen con el entorno que las rodea. Desde su profesiÃŗn de arquitecta, ha procurado abordar estas apasionantes y complejas interrelaciones humanas desde una perspectiva tangible y material, a travÊs del diseÃąo de espacios que sirvieran de contenedor propicio para dichos encuentros. Su inquietud personal le ha llevado ahora a sustituir los elementos constructivos por el uso de la palabra, empleando para ello mecanismos de similares caracterÃsticas, en los que los personajes se afanan en dar con el modo de estructurar sus vidas en base a unos principios de equilibrio, que propicien que todas las piezas consigan encajar. Porque de eso trata todo, en definitiva. Y en la bÃēsqueda de la armonÃa reside la clave, tanto de la arquitectura como de la vida misma.