Brooke Davenport lo había adoptado dos años atrás, creyendo que era un huérfano solitario. El niño había crecido y se había convertido en un pequeño adorable, con el pelo oscuro y los ojos verdes... ¡exactamente iguales a los de su tío!
Taylor quería recuperar a su sobrino, y todo lo que tenía que hacer era persuadir a Brooke de que era el padre perfecto para él y el marido ideal para ella.