Por mucho que supiera que era imposible, tenía derecho a soñar, ¿no? Sabía que era ridículo, pero Martha Cooper se había enamorado de su jefe. Ella no era más que una sencilla contable, mientras que él era un sueño hecho realidad. Había tenido un sueño erótico con él y, desde entonces, su vida no había vuelto a ser la misma. Para su sorpresa, Blake comenzó a mirarla con pasión... Y entonces hicieron el amor salvajemente. Pero él seguía siendo el jefe y el tipo de hombre completamente inadecuado para ella. Sin embargo, parecía que había algo que los unía...