Annalisa Wilson estaba encantada con la vieja casa menorquina que acababa de heredar por sorpresa. Pero su proyecto de rehabilitación de la propiedad se vio interrumpido por la aparición de su atractivo vecino, Ramón de Crianza Pérez. Ramón era poderoso, rico y estaba acostumbrado a hacer las cosas a su manera; por eso se puso tan furioso cuando Annalisa rechazó su oferta de comprarle la casa. Pero también debía admitir que se sentía intrigado. De hecho, cuanto más conocía a aquella orgullosa y bella mujer, más la deseaba. Y siempre conseguía lo que quería...