Te quiero de esta manera: "No era bonita, pero, en cambio, poseía un rostro brujo, una atracción subyugadora que trastornaba. Los ojos profundos, insondables, de color indefinido, aparecían sombreados de largas pestañas, cuyo aleteo parecía jugar una danza diabólica. Las aletas de su nariz respingona, estremeciéndose constantemente, denotaban un temperamento apasionado y voluntarioso, más aún nadie había sabido hallar la fibra sensible de Coral Ewerett. La boca grande, pero sana y jugosa, siempre estaba húmeda, y ahora en que su ser palpitaba por sentimientos desconocidos, los labios se unían con fuerza, igual que si deseara domeñar la emoción. Su tez pálida, más bien incolora, ofrecía un atractivo único ideal, al rostro de facciones desiguales, aunque en su cara exótica, aquella desigualdad contribuía a que la atracción y el embrujo se agudizara en toda su extraña expresión."