Jacobo ha decidido morir. Un accidente de tránsito lo ha dejado
parapléjico y con dolores tan fuertes, que le hacen la vida
insoportable. David, su padre, se enfrenta a la más dura de todas las
pruebas: ser testigo del proceso. Mientras Jacobo viaja a un lugar de
Estados Unidosdonde su muerte sea posible, David soporta en Nueva York
las horas aferrándose a la esperanza de una inevitable pregunta: ¿se
arrepentirá su hijo en el último minuto? Casi veinte años después ?con
la visión desgastada y el espíritu atento? David reconstruye su vida en
Nueva York,sus días de pintor prolífico, el accidente de Jacobo y,
sobre todo, los momentos de espera junto a su familia, mientras su hijo
se dirige al destino que ha elegido. El estupor del dolor no le impide
presenciar la belleza con infinita atención, y su relato se convierte en
testimonio de la vidamisma, tan inmensa y poderosa que incluso contiene
la muerte. Esta potente y emotiva novela representa de manera lúcida la
narrativa de un autor que siempre se ha interesado por explorar la
cercanía de los opuestos, mostrándonos que cuando la muerte es
inminente, no queda más remedio que contar y reivindicar la vida
Nació en Medellín en 1950 y es filósofo de la Universidad Nacional de Colombia. Empezó su carrera literaria a principios de los años 70. Escribe cuentos, novela y poesía. Hace un poco más de ocho años regresó a Colombia, después de varios años de vivir en Nueva York. Actualmente vive en Cachipay. Le gustan la jardinería y la música. González cuenta que aprendió del escritor y filósofo Fernando González Ochoa, quien vivía en una finca vecina a las afueras de Envigado, que uno #debe mirar la realidad con sus propios ojos. No con los de nadie más#.Es una frase que aplica en cada una de sus novelas. Su libro Para antes del olvido, fue traducido al alemán con el titulo: Die versandete Zeit. Primero estaba el mar, se estrenó en Francia en 2010. Ha publicado en México, Colombia y Estados Unidos y admira al escritor alemán Tomas Mann (Los Buddenbrook).