Su única hija acababa de casarse y ahora, a sus casi cuarenta años, Sara Simpson estaba a punto de celebrar… su propio matrimonio. Criar sola a su hija había resultado muy difícil, pero su nueva filosofía de vivir las cosas al máximo la empujó a celebrar un matrimonio relámpago.Tenía la intención de disfrutar de la vida y viajar un poco con su flamante esposo para disfrutar de la libertad… pero resultó que se había quedado embarazada en la noche de bodas...